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viernes, 4 de abril de 2014

PRUNUS SPINOSA

Blanco para mí, amarillo para ellos, un licor rojizo y un cadáver milenario

Prunus spinosa
Prunus spinosa


Uno de los gozos de quienes huyen estos días del mundanal ruïdo es ver florecidas las matas de endrinos y percibir su fragancia. Habrá a quien estas matas de un blanco espléndido puedan parecen uniformes sábanas de pétalos. Sin embargo, a los ocelos de los insectos que perciben la luz ultravioleta les deben resultar de un deslumbrante color amarillo
Pero, ¡cuidado con entrar en competencia con los variados insectos que se nos hayan adelantado, que algunos tienen aguijón! 




Prunus spinosa

Estas flores no emplean su propio polen: requieren la visita de los insectos que les traen el polen de otras plantas. Parece que esta forma de polinización tiene ventajas para la  supervivencia de esta especie, que es resultado de una hibridación exitosa
Y suerte, sin duda, han de necesitar los endrinos para sortear las heladas de la primavera, el ataque de pulgones, orugas o arañas y llenarse de arañones en otoño.


Prunus spinosa



Tengo oído que en casa de mi abuela los trastornos digestivos de los niños se trataban con un vasito de pacharán, licor de endrinas. Sería un tratamiento contundente, propio de los tiempos de palo y tente tieso. El nuestro, sin embargo, fue un tiempo más flexible: tiempo de zapatillazo y kina San Clemente
Con todo, las abuelas no andaban muy descaminadas viendo algunas propuestas homeopáticas que lo toman por elixir.




Prunus spinosa

Dada la amplia difusión del endrino por toda la península, tiene incontables nombres en castellano. Esto mismo ocurre en euskera, donde la mata se toma por otra forma de espino, elorri: unas son elorri zuria, espino albar, y otros son elorri beltza, el endrino. Esta proximidad entre estas las dos plantas se considera en minuciosas investigaciones sobre los componentes químicos de sus frutos, presentados de forma paralela y contrastada. 

Prunus spinosa
Los arañones, que a mí me resultan incomestibles, estaban incluidos en la dieta en tiempos prehistóricos. Y esto se conoce porque sus güitos aparecen en la crónica negra más antigua de la que tengamos noticia en Europa. Ötzi, el asesinado hombre de las nieves suizas, ha conservado en sus entrañas durante cinco milenios las semillas del endrino que había comido antes de quedar yerto en la nieve atravesado por una flecha.

Prunus spinosa




Si la astringencia del arañón no ha sido óbice para hacerlos comestibles, 
sus pinchos no van a impedirme que en otoño les meta mano… 
enguantada, por supuesto.

    
Prunus spinosa

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