Un descanso florido, un jardín botánico y, si tiro del hilo,
hasta saltan chispas
Armeria arenaria |
Armeria arenaria |
Creo que la primea vez que vi armerías fue en el Collado de
Ibarra, subiendo al Arangoiti. Cuando llegas a ese collado, después pasar por
la Cueva de la Guindanesa, llevas dos horas de subida y te viene bien un
respiro y un trago. Y es así como tienes tiempo para ver que estás rodeado de flores rosáceas con estambres amarillos que se
mecen sobre largos pedúnculos.
Sentado tan agradablemente, ¡cómo no sentir la
tentación de dejar la última hora de
ascenso para otra ocasión!
El
nombre “armeria” puede sonar a cosa
bélica: armería, armorial, cosa de armas. Sin embargo, es el nombre que en
francés antiguo se daba a alguna especie de clavel, armerie, que con acento en la i suena más
dulce. Al parecer, el botánico Carolus Clusio
(1525-1609) les dio el nombre de Armerius montanus a algunas de estas plantas y
con él se han quedado todas.
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Claro
es que el tal Clusio no fue un cualquiera. Realizó la primera herborización
sistemática de la Península Ibérica antes de 1575. Con las plantas y semillas
que recolectó por aquí, creó el Jardín
Botánico de Leiden, a las que añadió las plantas que le enviaba la Compañía
Holandesa de las Indias Orientales o las que recibía de Hispanoamérica a través de
Sevilla.
Este Jardín es hoy día uno de los muchos atractivos de esta ciudad
universitaria, sí la de la botella chisporrotona.
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Las
armerías tienen múltiples especies que en principio me dificultaron la
identificación. En el catálogo de la Flora
Ibérica se describen cincuenta y cuatro especies, nada menos. Nos advierten
que es un género de plantas con “gran dificultad taxonómica debido a la
importancia de la hibridación natural”. En Navarra no deben de pasar de media
docena de especies, pero los botánicos discrepan en su número: no hay
coincidencia entre la Cartografía de la
Flora Navarra, Las Claves Ilustradas y la Guía Visual.
Pero las de Leyre son, según creo, de la especie arenaria,
pues crece sobre el suelo arenoso donde descansamos en los paseos de verano
por la sierra.
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