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jueves, 21 de febrero de 2013

HELLEBORUS FOETIDUS

Algo huele mal en el reino vegetal... y en el académico

Helleborus foetidus
Helleborus foetidus


En invierno y por la orilla del Irati me cruzo con el eléboro, que no resulta fétido hasta que lo machacas. 
Pero, para comprobarlo ¿a quién se le ocurriría ir con un almirez a pasear por el canto el río? Desde luego que no a los aficionados a la botánica, a quienes nos suele resultar extraño que "fétido" sea el nombre de la especie, siendo una planta prácticamente inodora.






Helleborus foetidus

Esta planta de aspecto poco atractivo ha tenido desde tiempos antiguos usos cinegéticos y militares, ¡ai es ná! 
Al parecer, los cazadores y ballesteros emponzoñaban las flechas con sus jugos  venenosos y malolientes.
Su peligrosidad la hace figurar en la lista de inocentes plantas que no pueden ser comercializadas libremente con fines terapéuticos según la Orden 190/2004 de 28 de enero


Helleborus foetidus



Con todo, “la composición del eléboro fétido es bastante desconocida, aunque se cree que contiene eleboreína y saponina glucosídica, componentes que también se pueden encontrar en el eléboro negro”. Esta frase se repite literalmente en decenas de webs que tratan sobre esta especie. Sólo en el buscador de Google se dan 337 resultados
¡Y hay quien dimite por copiar!
Sin embargo, no hay forma de saber qué sea la eleboreína ni su composición química. 




Helleborus foetidus

Pese a estar reconocida como planta extremadamente tóxica, ha tenido variadas aplicaciones en farmacopea, sobre todo tópicas, pero no sólo. Como purgante (mental) y con el nombre de vedegambre (nota 29), Hernando Alonso de Herrera (1460-1527), Profesor de retórica y gramática en Alcalá y Salamanca, la estima eficaz para limpiar la ciencia de estériles disputas escolásticas. 
Es el mismo remedio aplicado a Gargantúa para librarle de los sofistas (Lib I, cap XXXIII).


Así, de las flechas de matar me paso a los dardos envenenados de los dialécticos.

Helleborus foetidus

jueves, 7 de febrero de 2013

FRAGARIA VESCA

Fraga, sí; pero roja, silvestre, sabrosa y dulce

Fragaria vesca



Fragaria vesca


Ahora que aparecen en los comercios la fresas (fragas, marrubiak), ¡cómo no recordar las fresillas que veremos por la sierra en mayo! Tienen el mismo nombre genérico, ¡pero qué diferentes son en olor y sabor! A estas fresillas les ocurre como a los perfumes que, cuanto más delicados y estimados, sus envases son más reducidos (vesca, en latín, pequeño).





Fragaria vesca

Las plantitas que trasplantamos hace unos años en un rincón del patio se han extendido por el césped. Sí, como la mala hierba, según dicen en casa antes de pasar el cortacésped. ¡Ojalá que todas las malezas fueran tan fragantes y apetecibles, hasta para los insectos! 
Este es uno de los atractivos del campo, el poder tener las frutas junto a tu ventana. 





Fragaria vesca



De todas formas, habrá que esperar a mayo para desayunar una tacita de fresillas.
Pero, para mi sorpresa, este año ya he tenido la suerte de probarlas ¡estos días de primeros de febrero!. No, claro, en Liédena; sino cerca de casa, en San Sebastián donde no hace tanto frío. 
Se ve que a esta especie de fresas no les importa que este invierno sea ventoso y lluvioso y han aparecido florecidas en Enero a la vista de quienes paseamos por Ulía.
Fragaria vesca